“Urge actuar sobre los factores y pilares de la seguridad vial con medidas contundentes”

  • La reiterada causalidad de los siniestros viales por distracciones, velocidad, alcohol, drogas, conductores reincidentes, vehículos circulando sin las mínimas y obligatorias garantías, infraestructuras deterioradas o con deficiencias en el mantenimiento, están detrás del grave repunte de víctimas.

  • En enero y febrero de 2022 se ha incrementado un 15 % las muertes en carretera sobre el mismo periodo de 2019. Y en un 63% sobre 2021.

  • Un parque automovilístico altamente envejecido con escaso mantenimiento y una cuota de absentismo del 40 % en las inspecciones técnicas de vehículos son peligrosos ingredientes en el coctel de la seguridad vial, que ya es muy inestable y explosivo por el factor humano.

  • Otro factor concurrente es el deficiente estado y mantenimiento de las infraestructuras, especialmente en capa de rodadura, señalización, marcas viales horizontales, protecciones e iluminación en puntos conflictivos.

  • El 63% de los profesionales de la formación y la población afirman que la sensibilización, la concienciación, la percepción de riesgo o los valores en el tráfico, es vital trabajarlos de manera presencial.

  • A la formación presencial se le atribuyen valores como calidad, eficacia, preparación, motivación interacción con el profesor, resolución de dudas, etc.

  • Se hace imprescindible sentar las bases de la educación vial desde las primeras etapas y continuarlas a lo largo de todo el ciclo vital.

Las altísimas y preocupantes cifras de siniestralidad vial que venimos registrando y sus consecuencias más directas, que se traducen en pérdida de vidas humanas o lesiones permanentes, tienen que hacernos reflexionar sobre la urgente necesidad de aplicar medidas mucho más efectivas en diferentes ámbitos. Más allá de los preceptos que regularán la actualización de la normativa sobre Seguridad Vial, próxima a entrar en vigor en el presente mes de marzo, los efectos y resultados tardaremos en verlos en forma de esa necesaria reducción de siniestros y víctimas.

Desde la plataforma Seguridad Vial 2021-2030 alertamos de los diferentes frentes abiertos que necesitan urgente atención, toma de decisiones valientes y aplicación con rigor y contundencia, para atajar la sangría de victimas que vamos acarreando. Y estos frentes, sobradamente conocidos, se vuelven definitivos y tremendamente peligrosos cuando convergen, agravando el más mínimo error humano mientras conducimos hasta desembocar en la más trágica de las consecuencias.

Coctel listo para explotar

El balance provisional de siniestralidad vial de 2021 y muy especialmente los tremendos datos de enero y febrero de 2022, con 179 fallecidos, un 15 % más de victimas que en el mismo periodo de 2019, nos indican que estamos llegando al punto que venimos permitiendo alimentar peligrosamente, bien por desidia, por inacción o por ser equivocadamente amables, permisivos y tolerantes... en cuanto los niveles de movilidad se acercan al 100% el cóctel vial está listo para explotar con la triste realidad.

“Son intolerables los porcentajes de siniestros con víctimas que seguimos registrando, día tras día, por reiteradas y repetidas causas como la velocidad inadecuada o excesiva, las distracciones, el uso inadecuado o mal uso del teléfono móvil, el consumo de alcohol y otras sustancias estupefacientes”, afirma Ignacio Lijarcio, investigador de la Universitat de València. “Posiblemente, en muchas ocasiones, no nos encontrarnos plenamente capacitados física, psicológica y mentalmente para conducir con seguridad y menos en tiempos pos pandémicos, donde la salud mental se ve realmente afectada. De hecho, un estudio publicado en "The Lancet" concluye que las condiciones de vida que incluyen el confinamiento, cambios en las rutinas diarias, transformación de la vida social por el aislamiento y distancia física, pérdida de libertad, preocupación por temas de salud y económicos, entre otras consecuencias, han contribuido a un impacto perjudicial en la salud mental de la población y cuando conducimos un vehículo estos problemas circulan con nosotros”, indica Lijarcio.

Javier Llamazares, presidente de FESVIAL y cofundador de Seguridad Vial 2021- 2030, muestra su preocupación por “el riesgo vial y medioambiental al que nos exponemos diariamente al circular o compartir las vías con un parque automovilístico altamente envejecido, irregularmente mantenido, con serios problemas en iluminación, neumáticos, frenos, suspensiones, etc.; con una tasa de absentismo en las inspecciones técnicas de vehículos que nos coloca en la arriesgada situación de encontrarnos con que cuatro de cada diez vehículos circulan sin la ITV en vigor y con defectos graves. De hecho, el 33% de los siniestros viales con víctimas mortales tienen implicado un vehículo que carece de ITV o la tiene rechazada”.

“Urgen medidas desde la administración pública para favorecer una renovación progresiva y permanente del parque, con la necesaria retirada de la circulación de los vehículos que no tengan garantías y sean potenciales armas de matar, consciente o inconscientemente”, afirma Llamazares.

Analizar, clasificar y tratar a los conductores reincidentes

Las conductas y actitudes de las personas que reinciden una y otra vez en sus infracciones, delitos y actos de violencia vial, además de provocar el rechazo social como causantes de victimas similares a las que produce cualquier otro tipo de violencia tienen que hacer plantearnos que no es suficiente el tratamiento que se les aplica.

“Deben ser analizados, clasificados y tratados individualmente, con intervenciones adecuadas, reeducando sus conocimientos y valores”, según Luis Montoro, presidente de honor de FESVIAL. “Debemos supervisar a estos conductores reincidentes y realizar un acompañamiento adecuado cuando vuelvan a ponerse a los mandos de un vehículo, hasta mejorar su percepción de riesgo y su conducta segura al volante”, subraya.

Preocupante estado de los vehículos

Los problemas de suministros en la industria del automóvil, la crisis e incertidumbre económica debilitan, entre otras, las vagas posibilidades de renovar un parque automovilístico de los más envejecidos de Europa con vehículos actualizados en tecnologías y sistemas ADAS, que han sido especialmente diseñados para salvar vidas.

A esta crítica situación del parque circulante se añade una preocupante falta de mantenimiento y un absentismo del 40% en las inspecciones técnicas de vehículos, según los datos facilitados por AECA – ITV. Es decir, cuatro de cada diez vehículos con los que estamos compartiendo las vías por las que circulamos no garantizan las mínimas medidas de seguridad, poniéndose en riesgo no sólo sus conductores y ocupantes sino aquellos con los que inocentemente se cruzan en su camino.

Todos vemos en las carreteras y calles vehículos que circulan con defectos en los sistemas de iluminación, neumáticos en mal estado, frenos y amortiguaciones de dudosa eficacia, parabrisas dañados, retrovisores o paragolpes sujetos precariamente a la estructura, por ejemplo. Según el estudio realizado por LUMILEDS y FESVIAL “¿Qué importancia damos a la iluminación del vehículo?”, una iluminación deficiente ha puesto en riesgo al 82% de los conductores españoles. Según los datos de este informe el 63% de los conductores opina que los problemas de iluminación de su vehículo relacionados con la seguridad vial son bastante graves y un 10% reconoce que ha sufrido un siniestro o percance de tráfico por problemas de iluminación.

Del mismo modo los datos del último informe “Contribución de la ITV a la Seguridad Vial y Medio Ambiente” realizado por AECA-ITV y la Universidad Carlos III, indica que las inspecciones técnicas de vehículos habían evitado al año 539 víctimas mortales, 12.100 lesionados de distinta consideración y al menos 17.700 siniestros de tráfico.

Además, el 33%, es decir, una tercera parte de los vehículos que sufren siniestros viales con víctimas mortales no tienen la ITV en vigor, según la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV).

Diseñar infraestructuras seguras y mantenerlas adecuadamente

Todos los elementos que componen la infraestructura influyen de manera importante en la gestión de la seguridad vial con el resto de factores y por tanto deben ser tenidos en cuenta para cumplir con el fin para el que se diseñaron las carreteras: permitir una movilidad segura y universal para todos los usuarios.

Desde el diseño de las vías, selección de materiales más adecuados para cada caso, situación y uso, con asfaltos drenantes y antideslizantes, medidas de contención seguras a la vez que amables, que perdonen los errores humanos; calcular y respetar los pesos e IMD para no deteriorar las capas de rodadura, provocando grietas, baches y otros desperfectos que dañen a los vehículos y pongan en riesgo a los usuarios.

Prestar especial atención a la selección y uso de pinturas adecuadas tanto para las marcas viales como para la señalización horizontal. Estas deben ser claras, limpias, antideslizantes y no provocar confusión, dudas o despistes que terminen en fatalidad. Todos hemos sido testigos o sufrido las consecuencias de circular por una vía en la que las marcas viales “tapadas o borradas” tras una obra o reforma de la calzada, eran más visibles por sus reflejos que las que debían cumplir la misión de indicarnos el camino correcto.

En otras ocasiones la ausencia o desaparición de las líneas pueden ser la causa de una salida de vía o de situarnos en un carril que no sea el correcto.

Estas condiciones vienen a agravarse especialmente de noche, con meteorología complicada, como lluvia y suciedad y la deficiente o total ausencia de iluminación de la vía. Aquí el coctel puede complicarse si el vehículo circula con defectos en su iluminación y el conductor padece problemas de visión*.

Mantenimiento de la señalización y eliminar barreras vegetales

Para garantizar el estado de las carreteras es necesario el cumplimiento de la Orden Circular OC30/2012 que marca los procedimientos para la gestión de la seguridad de las infraestructuras viarias en la Red de Carreteras del Estado y en especial en el apartado donde se indican las Directrices del procedimiento para la realización de inspecciones de seguridad viaria en la Red de Carreteras del Estado, pudiéndose trasponer al resto de vías secundarias.

El tamaño y estado de muchas señales hacen que no puedan ser vistas y comprendidas a tiempo de evitar lo que pretenden advertir o limitar.

Muchas veces por estar ocultas por la vegetación, que no es controlada por los servicios de conservación y mantenimiento, otras por haber perdido sus capacidades y cualidades de retro reflexión y reflectancia, no estar en el lugar correcto o no tener un tamaño adecuado en función a la necesidad, porque se ha producido un cambio de tipología de vía (de vía convencional a vía de alta capacidad, por ejemplo).

Aquí el coctel vuelve a agravarse con las dificultades de salud visual de los conductores y las deficiencias en los equipos de iluminación con que circulan un elevado porcentaje de vehículos, como se desprende de los resultados en los estudios realizados por FESVIAL en colaboración con Essilor y Lumileds.

La educación, imprescindible eje vertebrador de la solución

“Llevamos años reclamando mejoras continuas en educación vial y formación de conductores y parece que algunas de las reivindicaciones, comienzan a dar sus frutos, aunque no del todo adecuados.

Este pasado 1 de marzo se ha publicado en el BOE el Real Decreto 157/2022 por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria, mediante el cual se marca como objetivo, entre otros, contribuir al desarrollo de hábitos cotidianos de movilidad activa autónoma saludable, fomentando la educación vial y actitudes de respeto que incidan en la prevención de los accidentes de tráfico en menores.

Este real decreto parece tener buenas intenciones, pero creemos que no abarca el problema y no plantea soluciones en toda su necesidad”, afirma Mar Cogollos, directora de AESLEME y cofundadora de Seguridad Vial 2021-2030. La Universitat de Valencia ha realizado un estudio donde concluye claramente que los españoles prefieren la formación presencial por dos claros motivos: para obtener el permiso de conducir y, sobre todo, para conocer y entender el porqué de las normas y su incidencia para percibir y evitar los riesgos.

“Según los datos del estudio, la mayoría de los encuestados prefiere la formación presencial porque afirman sentirse más seguros con un profesor para aprender el manejo de vehículos, conocer primeros auxilios, conducir bien y con seguridad, además de eliminar falsos mitos y creencias sobre seguridad vial y para estar más atentos y motivados respecto de lo que explica el profesor”, indica el Dr. Luis Montoro.

“Los ciudadanos prefieren clases presenciales para trabajar la percepción de riesgos, la sensibilización y valores aplicados al tráfico, entre otros, De hecho un 63% de la población encuestada se muestra convencida de que hay muchos factores de la formación del conductor que es imposible aprenderlas de manera adecuada con el sistema on-line”, concluye Luis Montoro, Catedrático de Seguridad Vial y presidente de honor de FESVIAL.

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“La educación y la formación de los conductores es uno de los pilares de la seguridad vial que menos ha evolucionado en los últimos 30 años”