Acuerdo por una
Formación vial de calidad
Dentro de este Decenio 2021-2030, la Educación y la Formación en materia de Movilidad y Seguridad Vial, tienen que jugar un papel determinante para ayudar a conseguir los objetivos de este decenio.
Nuestro máximo objetivo siempre es conseguir personas seguras en su conducción y movilidad, prosociales en sus conductas viales y responsables con la sostenibilidad y la eficiencia global.
Para ello, la formación vial y la educación deben:
Estar presentes a lo largo del ciclo vital de las personas en todos sus ámbitos y en todos sus modos de movilidad, ya que las necesidades de movilidad y los riesgos viales varían a lo largo de la vida del ser humano.
Dejar atrás los modelos formativos basados exclusivamente en el conocimiento de la norma y trabajar más en aquellos que explican el porqué de las normas, los riesgos viales o la percepción y la toma de decisiones seguras. Diferentes investigaciones científicas afirman que en la siniestralidad vial intervienen más las actitudes, la propia percepción del riesgo que tiene el individuo sobre la conducción y los valores sociales como tolerancia, respeto, solidaridad, que el desconocimiento de las normas, y todo ello a su vez, muy ligado a los aspectos psicológicos de la persona.
Apoyarse en contenidos de concienciación y sensibilización vial como comportamientos prosociales, sostenibles y eficientes, actitudes viales seguras, saludables y positivas, dimensiones determinantes de la movilidad futura en las vías públicas.
Incluir, después de las pruebas de control de conocimiento y previos a la formación práctica, unos módulos (contenidos) específicos de concienciación y sensibilización vial, obligatorios y presenciales, para los aspirantes a la obtención de los distintos permisos de conducir. El carácter presencial de este tipo de módulos está recomendado por diferentes estudios e investigaciones, como el “Study on driver training, testing and medical fitness (2017)”, desarrollado para implementar la Directiva 2006/126/CU y se aplica en aproximadamente el 80% de los países de Europa. Es la estrategia más eficaz para trabajar de manera sensibilizadora y actitudinal las habilidades superiores, la percepción o la detección de riesgos en la conducción.